lunes, 26 de noviembre de 2007

Templada

Soy de las que dejaría abandonado el traje de novia en la tintorería, cubierto de toda la tristeza acumulada en una sola noche. "Ni se le ocurra borrar esa mancha", gritaría. Y no volvería...

Hoy he soñado contigo. Y contigo. Y me siento más templada que ayer, aunque no tenga fuerzas para escribir lo de antes con otras letras. Los litros de clorhídrico con los que sepulté tantos peros y sin embargos no parecen ser suficientes.

Una canción te ha traído hasta mi y tiro del hilo, tirante y doliente, dispuesto para llevarme a lugares desde donde consumirme de nuevo. Este ascensor apesta a tabaco y colonia barata. Se me quitan las ganas de proponerte algo sucio y me descalzo. Llevo unos pantalones blancos y esa camiseta roja que sugiere más de lo que hay. Lo recuerdo como si fuera ayer. Salgo de este ascensor sin sujetador. Cojo el metro. Me atraviesa y me consume todo lo que no hicimos, pero el clorhídrico no fue suficiente metáfora para arrancarte de mi memoria. No sé si hubiera sido mejor pasarse a los combinados de tónica con nitrógeno y unas gotas de glicerina. Dicen que te arregla el corazón...

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