martes, 25 de agosto de 2009

Se va el caimán, se va el caimán...

Esta ciudad es fuego. En ella Gabriel García Márquez escribió La Hojarasca. Se masca el calor entre tanto asfalto, jugo de frutas y almas deshidratadas. Hasta por acá ha llegado el famoso cambio climático de Al Gore. Pregrinamos todos en busca de un aire acondicionado y una gaseosa que nos calme. Coca Cola, bendita seas.

1 comentario:

Samu dijo...

¡¡¡Qué calooooor!!!